Declaración de principios:

Esto no es un diario de jactancias buscando consenso. Esto es un funeral vía la red.
Un fin de algo que hace manar algo otro y que halla su razón de ser en el estigma de
estar vivo para morir cuanta muerte haya qué morir y para lo que hubiera qué hacerlo.
Esto es, pues, una bitácora de vuelo para un alma liberada en su personal muerte
conceptual y cómo sucedió en pedazos desordenados de memoria.

Si usted encuentra complicado mi lenguaje y muy minúscula su capacidad de profun-dización, le recuerdo que siempre habrá mayoría en las lecturas ligeras para ese efecto,
así que mucho le agradeceré permanezca lejos de aquí.

lunes, 19 de enero de 2015

La inteligencia ahora es un ser aparte. La psicología diferencial observa juiciosa estos procesos en los que ella, de manera aislada, funda sus adecuaciones pese a    -e incluso en detrimento de- nosotros. Estamos proclives, podemos ser las más fáciles víctimas de este programismo genético tajante:

AHORA TENDREMOS QUE CUIDARNOS DE SER DEMASIADO INTELIGENTES.

Tal vez no “demasiado”, aunque haya casos en los que “demasiado” nunca será suficiente. 

...Y con esta torpe elucidación reaparezco de vuelta en el mágico universo del bloggg. Saludos.

jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Y de cuántas infamias se compone un éxito?



Manual para la sospecha:

1- Descreer, siempre: TODO
2- Fabular los rasgos más atípicos, más estrafalarios, menos factibles...
3- Buscar cómplices, por si esto falla, no sentirse estúpido en solo.
4- Retorcerse la ecuación mental una frontera más allá de lo silogístico...
5- Entorpecer con argumentos de mierda al total del sentido común
6- Llegar ileso a territorios de lo imperdonable con la banderita aún ondeando.
7- Apostarle a la más ridícula de las insistencias.
8- Vestirse en patético para la ocasión.
9- Cuando todo acabe, negarlo todo como si de ello dependiera tu dignidad(...).


lunes, 16 de marzo de 2009


He tenido la sospecha de que estoy vivo pese a mis esfuerzos por aparentar lo contrario.

Tendré que ceder a mi sospecha y abandonarme un poco a este vértigo aunque a veces su tedio me venza.

Tendré que cohabitar en este mundo extraño y asumir mi condición de humano.

Tendré, al fin y al cabo, que tenerme.

domingo, 15 de marzo de 2009

Estigma ayer soñado...


Arribo al estigma de estar vivo. Nos borran la ruta, nos quitan el manual, nos dejan desprovistos y desnudos, repletos de terror y credos. Habremos de arrastrarnos primero, suplicar luego, luchar incesante contra las potencias ajenas infamante pugna, conseguir la verdad última a ultranza pese a la inmediatez de ser la confusión yo mismo. Se cultiva el estertor secreto como arte fiel para las ocasiones. ¿Nomadía de la mortal duda o sedentarismo del ambigüo secreteo infinito?


¿Quién leerá esto y confluirá, y para qué?

Es legendaria ya la sensación en el entrevidas y otro estigma que atisbó en los mistéricos rincones del sueño que la verdad al fin me ha sido revelada. No mi verdad, ni una verdad, pero ella en base a merecer vía el sufrimiento y los esfuerzos.

En base a ir hacia ella, ella al fin optó venir a mi encuentro y esto fue, ya siendo.
Fue, como si de una jugarreta se tratara el total de ella, de pronto.

Podría ser esto ocasión festejil y proclamar vítores a cuatro vientos de no ser porque la verdad es más una purga existencial, tan brutal como lacónica, que un regalo divino.

He abierto los ojos, dejado atrás la enfebrecida visión del inframundo a mí revelada y ahora comprendo porqué estoy escribiendo esto. ¿Será esta mi razón de ser y no todo lo otro antes revisado? He abierto los ojos y veo nítida la verdad ante mí y aún sigo vivo.

Este es el momento de revelarla para el que intrépido y astuto logre distinguirla en la historia aquí escrita: Mi historia.


Es extraño... estoy solo y sin embargo siento como si alguien junto a mí estuviera dictando...


sábado, 14 de marzo de 2009

Los prefacios son todos puros espejismos.


De mis amigos, la biografía menos turbulenta era la mía. Pero sí la más capciosa. De pronto se fueron ambos, amigos y biografía, y entré en territorios de una neutralidad que todo (y sólo) aquel que la haya vivido sabrá a qué me refiero. Una especie de universo paralelo donde parece avanzarse exclusivamente en indómitas esferas de lucidez a costa de perder la razón.

Sólo aquel que hubiere perdido de vista a la razón podrá hallar el sentido último. La razón es una fórmula, pero la verdad más profunda se mueve en océanos ocultos y subjetivos. La verdad es una bestia imposible furiosa y marchando, no un dato frío para la ciencia.

De pronto mi soledad fue asimismo presa de todo ello e incluso esto se diluyó en mi biografía. Hubo adyacencia de ruta incluso en tiempo, en forma... en relación. Después de tanto parametrarme en sórdidas historietas personales, todo esto huyó y me quedé solo.

Solo yo y la verdad.

Pero ella era infinitamente más astuta y yo simplemente la había merecido, así que en apariencia ambos marchamos como no reconociendo la importancia en el momento A SABIENDAS QUE EL MOMENTO ERA LA IMPORTANCIA EN SÍ. Como si haberle merecido fuera el punto, pero no, claro.

Ambos marchamos. Y las revelaciones comenzaron. Y el arte es un túnel de queso impecable. Y Dios resultó un protocosmos lúdico impostergable mas bien a interiores.

Pero esto en sí no era ella, sino todo lo otro. Así que la marcha continuó, justo como hasta ahora.


viernes, 13 de marzo de 2009

...Y sin embargo a veces vuelvo a las confusiones, como si el amor a la verdad fuera una letal trampa que la verdad misma adora hacer reventar en contra de sus amantes, los muy estúpidos...


jueves, 12 de marzo de 2009

Poderosas revelaciones cosificadas (parte 1)


Durante treinta años creí que era una persona especial. Así me educaron y así crecí, haciendo enorme esa bola por la pendiente de estar vivo, de creerme fielmente la premisa de haber sido tocado con vara mágica por un ser etéreo.

De pronto radicalmente corté de tajo mi historia personal optando irme en un viaje iniciático a Sudamérica -soy de Yucatán, México- y así comenzó un declive de tintes épicos y fabulosos que culminó con la simbólica "ruptura" de mi columna vertebral en febrero del 2001 al retornar después de dos años como aventurero por la ruta de los Andes.

Una mañana, sin razón aparente y absolutamente ninguna explicación científica hasta ahora, desperté y ninguna de mis vértebras se hallaba en su lugar. A los 30 años, algo decidió por mí que la historia que había asumido como un "ungido" de los dioses para ser el próximo gran artista que el mundo conoció era una historia equivocada, y que esa nube que me había concedido el "sentirme especial" era de mis errores el más estúpido.

El día que al fin descubrí que no era un ser especial la verdad comenzó a desentrañarse en mí a manera de poderosas revelaciones cosificadas en mi entorno, que de a pocos fui descubriendo que eran nítidas piezas de un rompecabezas básico, ni siquiera tan dificil de ser armado, dejando de ser así esa sustancia mental engañosa e inalcanzable como usualmente aparenta.

¿Podría ser cierto que el obstáculo era ser especial o la clave radicaba en el verbo "creer"?

¿Es que no ésta es la clave hacia el paraíso prometido?


¿Qué había de malo en el instinto más vulgar y -por ende- menos evolucionario del ser humano?

¿"Creer"?

Todavía era necesaria la confrontación con demonios de peor índole que un estado casi inválido por una espalda hecha pedazos. Peores como saber de un hijo que me fue negado, una relación tormentosa que casi acaba en tragedia y una pérdida de la razón casi total, incluso al grado de apostar por la muerte. Y más aún...



miércoles, 11 de marzo de 2009

Sueño No. 1

Se respiraba el poder.
Un poder inaudito.
¿Era yo simplemente o yo estando allí en esa antesala a lo desconocido?

Abrí la puerta ante la que me encontraba.

De pronto me encontraba ya adentro, puerta cerrada.

Era una enorme habitación, muy alta, muy amplia, únicamente habitada por ese ser que se manifestaba como una gigantesca esfera de energía poderosísima que abarcaba todo el espacio excepto los breves rincones, uno de los cuales donde yo lo observaba.


Había una música sonando en el ambiente. Yo sorprendido sólo atinaba a admirar ese misterioso monumento a lo imposible. Quise verlo desde otro ángulo y me desplacé. Entonces la canción se movió a un punto previo en el continuum del sonido. Mi azoro creció cuando quise corroborar mi teoría: al desplazarme hacia el otro extremo, la melodía fluctuaba hacia otro momento de sí misma y al volver al punto inicial escuchaba exactamente lo que allí se encontraba, como si de una geografía sistémica sonoroespacial se tratara.


Este ser era la música que allí moraba, un dios de sí mismo y de su propio microcosmos siendo eso y sólo ello en sí, y yo allí presenciando.


Presenciando a la música que estaba allí respecto a mí


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